No sé
si fue el año pasado o hace 2 años, por mi cumpleaños, me regalaron el “kit
calcetinero” que constaba de unas agujas de doble punta, unas agujas
circulares, una madeja, unos marcadores y un bolsito para guardarlo todo. Por supuesto,
también incluía un patrón básico para iniciarme en esto de los calcetines.
Y ahí
empecé yo, con toda mi ilusión, a tejer un calcetín. La verdad es que no me
resultó nada difícil y, poquito a poquito, llegué a la punta del primer
calcetín. Pero, ¡error!, no empecé el segundo en cuanto lo terminé, ya me lo
decían, “empieza el segundo en cuanto acabes el primero, que si no, te entrará
el síndrome del segundo calcetín”, pero no, yo no hice caso y ahí está mi pobre
calcetín viudo sin pareja que le acompañe.
El caso
es que como es para mí, pues no tengo prisa por acabarlo, ya sé que soy capaz
de hacerlo y sólo tengo que buscar el momento para ponerme a ello.
Este
verano se me ocurrió pedirles a los Reyes Magos unos calcetines para tita
Elena. Así que, encargué una madeja y, recién llegada de Austria, me puse a
ello. En este caso no era un patrón tan fácil, tenía un dibujo en un lateral,
que le daban un aspecto muy bonito. Cuando acabé el primer calcetín, por
supuesto que monté el segundo. Esta vez me libraba del dichoso síndrome.
Hice mis
dos calcetines, los bloqueamos y, claro, me los probé a ver qué tal quedaban.
¡No, no puede ser! ¡Tengo dos pies derechos! Así que, a deshacer se ha dicho y
esta vez, en vez del síndrome del segundo calcetín, ha sido la “enfermedad del
tercer calcetín”.
Menos
mal que la carta la escribí con tiempo y a los Reyes les dio tiempo a arreglar
el error y, como sobró lana, decidieron traer unos minicalcetines para Olivia.
Tengo la solución para que jamás dejes a un calcetín soltero.
ResponderEliminarhttp://www.cometosilver.com/socks/2mlsocks_start.htm
Yo los próximos los voy a tejer así!
Ahora lo miraré. ¡Gracias!
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