lunes, 28 de enero de 2013

La siguiente generación


Estoy convencida de que si algo te gusta mucho, eres capaz de transmitirlo e, incluso, capaz de aficionar a alguien.
Creo que eso fue lo que me pasó a mí.
En mi casa siempre se han hecho labores. Mis abuelas andaban siempre “crocheteando”, una colcha por aquí, un pañito por allá… Mi madre le daba a todo. Unas épocas al punto, otras al crochet y, otras al punto de cruz.
Supongo que será por esto por lo que a mí me han llamado siempre la atención las agujas.
El caso es que la siguiente generación parece que también tiene su curiosidad con esto del punto.
El invierno pasado mi hijo me dijo: “mamá, yo quiero aprender a hacer punto” ¡Qué contenta! ¡Alguien a quién enseñar!
Me puse a buscar por internet y encontré un tutorial sobre cómo hacer punto con los dedos, así que nos pusimos y, en un ratito, hizo una minibufanda para sus peluches. Pero él quería más: “con agujas como tú”. Le di unas agujas y un ovillo y empezó con el punto del derecho.
La fiebre tejeril le duró poco, pero de vez en cuando retoma las agujas y hace un par de vueltas. Esto promete…

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