Como ya sabéis, todo empezó con
un elefante. Le tejí un elefante a mi amiga May y, después tuve que tejer otros
dos, uno para Víctor y otro para Pablo ("mami, porfa, ¿nos haces uno a nosotros?"). Así fue como nacieron Trompita y Babar.
Como buena novata, los
elefantes, una vez hechos, tuvieron que ser abiertos de nuevo porque después de
unos cuantos achuchones se quedaron un poco flaquitos y tuvimos que ponerle más relleno,
es lo que tienen los peluches de los niños… golpes, abrazos, lanzamiento de elefantes… en fin,
que los pobres Trompita y Babar están un poco perjudicados ya. Aquí los tenéis:
Con el siguiente que hice, el
de Daniela, ya no pasó lo mismo. Un bonito elefante de color rosa que iba para
una encantadora niñita, bien llenito y bien prieto.
En estos días, he hecho otros
dos. En este caso, otras dos, para dos niñas muy especiales, Olivia y Carlota. Estas
dos son más pequeñitas y como veis mucho más coquetas. Espero que les guste.