jueves, 31 de enero de 2013

Elefantes y elefantas


Como ya sabéis, todo empezó con un elefante. Le tejí un elefante a mi amiga May y, después tuve que tejer otros dos, uno para Víctor y otro para Pablo ("mami, porfa, ¿nos haces uno a nosotros?"). Así fue como nacieron Trompita y Babar.
Como buena novata, los elefantes, una vez hechos, tuvieron que ser abiertos de nuevo porque después de unos cuantos achuchones se quedaron un poco flaquitos y tuvimos que ponerle más relleno, es lo que tienen los peluches de los niños… golpes, abrazos, lanzamiento de elefantes… en fin, que los pobres Trompita y Babar están un poco perjudicados ya. Aquí los tenéis:


Con el siguiente que hice, el de Daniela, ya no pasó lo mismo. Un bonito elefante de color rosa que iba para una encantadora niñita, bien llenito y bien prieto.
En estos días, he hecho otros dos. En este caso, otras dos, para dos niñas muy especiales, Olivia y Carlota. Estas dos son más pequeñitas y como veis mucho más coquetas. Espero que les guste.


lunes, 28 de enero de 2013

La siguiente generación


Estoy convencida de que si algo te gusta mucho, eres capaz de transmitirlo e, incluso, capaz de aficionar a alguien.
Creo que eso fue lo que me pasó a mí.
En mi casa siempre se han hecho labores. Mis abuelas andaban siempre “crocheteando”, una colcha por aquí, un pañito por allá… Mi madre le daba a todo. Unas épocas al punto, otras al crochet y, otras al punto de cruz.
Supongo que será por esto por lo que a mí me han llamado siempre la atención las agujas.
El caso es que la siguiente generación parece que también tiene su curiosidad con esto del punto.
El invierno pasado mi hijo me dijo: “mamá, yo quiero aprender a hacer punto” ¡Qué contenta! ¡Alguien a quién enseñar!
Me puse a buscar por internet y encontré un tutorial sobre cómo hacer punto con los dedos, así que nos pusimos y, en un ratito, hizo una minibufanda para sus peluches. Pero él quería más: “con agujas como tú”. Le di unas agujas y un ovillo y empezó con el punto del derecho.
La fiebre tejeril le duró poco, pero de vez en cuando retoma las agujas y hace un par de vueltas. Esto promete…

jueves, 24 de enero de 2013

Mi máquina de coser (II)


Y ahí estaba al día siguiente. Intacta. Deseando que alguien viniera a ponerle el hilo y empezara a coser con ella.
Pero no tuvo que esperar demasiado. Al día siguiente (el día de mi cumpleaños), vino Bea con una tela preciosa para empezar a coser.
Llegó, miró la máquina, toqueteó unas cuantas cosas para hacerse a ella y, ¡ya está!, ¡a coser se ha dicho!. En un momento nos explicó a mi media naranja (que también quiere aprender a coser), y a mí, como se llenaba la canilla de hilo, como se ponía y como se enhebraba la aguja. Y, hecho esto, ¡a coser se ha dicho!
Nos pusimos a hacer un bolso. Ella cortaba y me decía “cose por aquí, dobla por allí…” y en un “pispas” teníamos las dos un bolso estupendo para llevar nuestros grandes proyectos de lana.

¡Qué contenta que estaba!
Unos cuantos días después, a mi “partener” se le ocurrió practicar, sobrehilando los trapos del polvo, “para que no se deshilachen…”. Nada más empezar, la máquina no cose… ¡se ha terminado la canilla! No importa, decimos los dos, esto es fácil. Pero realmente, no lo era tanto, después de varios intentos y con la aguja moviéndose de arriba abajo como loca (para los que no lo sepan, la máquina tiene una posición para que cuando se está llenando la canilla, la aguja esté quieta), lo conseguimos. Ya tenemos la canilla lista. La ponemos en su sitio y… ¿cómo sube el hilo a la parte de arriba? La pusimos, la quitamos, la volvimos a poner. Hilo por un sitio, por otro, no había manera.
¡Ya sé! ¡Busquemos por internet!  Tras 4 ó 5 videos y, aproximadamente una hora después se me ocurre enhebrar la aguja y ¡milagro, el hilo sube a su sitio!
Está claro que ya no nos vuelve a pasar. Ya somos unos expertos en el cambio de canilla. Sólo queda buscar algún pequeño proyecto para hacer, porque desde ese día no la hemos vuelto a sacar de su maletín.

lunes, 21 de enero de 2013

Mi máquina de coser (I)

Pues sí, de pronto, un día, se me antojó una máquina de coser.

Y ahí he estado yo, soltando a quien yo sabía que podía oírme y tener en cuenta mis deseos (mi madre y mi media naranja, por supuesto), que me encantaría que me regalaran una máquina de coser.
Tanto lo dije, que luego me enteré que hubo una llamada de urgencia: "¡Suegra, ni se te ocurra comprar la máquina de coser, que lleva dos semanas guardada en el altillo!".
El caso es que Papá Noel no la trajo y, la mañana de Reyes, al ver el tamaño de los regalos que me habían dejado pues pensé: “¡el año que viene será!”. Pero, cuál fue mi sorpresa, cuando después de abrir los regalos escucho: “Chicos, vamos a darle a mamá su regalo de cumpleaños”, y aparecen con una enorme caja que contenía una fantástica máquina de coser.
Pues con todas las ganas que tenía, la desempaqueté, la miré, la remiré, la dejé en la mesa y… puse un mensaje: ¡¡¡Bea, ayuda!!!, porque, ¡nunca había cosido a máquina! En casa siempre había habido una, pero jamás se me ocurrió usarla. Así que tenía una máquina pero no podía usarla porque no sabía ni siquiera ponerle el hilo.
(Continuará…)


jueves, 17 de enero de 2013

La toquilla de Olivia


El año 2012 ha tenido un gran acontecimiento para toda la familia: el nacimiento de mi sobrina Olivia. ¡Qué alegría nos llevamos el día de la madre cuando mi hermano y mi cuñada nos dijeron que iban a ser padres!
Todas aquellas que estáis inmersas en el mundo tejeril, entenderéis lo que se me pasó por la cabeza: ¿qué podré tejerle mi futur@ sobrin@?
Como no sabía todavía si sería niño o niña, pues pensé que lo mejor sería hacerle una toquilla, ya que como nacería en diciembre, pues le vendría muy bien para estar calentit@.
Una vez propuesto a los padres y elegido el color con ellos (verde clarito), llegó la hora de elegir el patrón. Para ello, como siempre, ahí estaba Bea, dispuesta a enviarme un montón de patrones de Ravelry. Al final el elegido fue "knit-baby-blanket".
En el mes de julio, sin calor apenas..., empiezo yo una toquilla de lana. Casi 300 puntos en agujas del 3,5mm. Sí, valiente sí que fui. ¡Hasta se vino de camping con nosotros!, porque yo tenía que terminarla, no me fuese a dar tiempo habiéndola empezado seis meses antes de que naciera... Cada vez que hacía  una vuelta la miraba, porque algo raro le veía, pero yo seguía y seguía. Más de mes y medio después y con un cuarto de toquilla ya hecha, me da por mirar el patrón y, ¡claro que estaba rara, como que no le había hecho la "patente" de abajo. Así que, cual Penélope esperando a Ulises, deshice toda la toquilla y a empezar de nuevo. Eso sí, esta vez con unos pocos menos de puntos, pues más que una toquilla para un bebé le iba a servir para su cama de solter@.

Ya casi estaba en septiembre y me entraban sudores de pensar que no me fuese a dar tiempo. Pero sí, al final, terminé antes de que mi pequeña Olivia viniera al mundo el 17 de diciembre. Y pudo salir del hospital con su toquilla bien calentita. ¡Teníais que haberle visto la carita, parecía que estaba diciendo "mmm qué a gustito se está aquí!




lunes, 14 de enero de 2013

Agujas y agujas

Cuando yo hacía mis primeros pinitos con el punto, allá por los años 80 (¡jo, como suena eso...!), el punto se hacía con las agujas rectas de toda la vida; los jerséis se hacían tejiendo primero la espalda, luego el delantero y, por último, las mangas (eso sí, a la vez). Se cosía todo y, ¡jersey listo!.
Al reincorporarme al mundo tejeril, cuál fue mi sorpresa al descubrir que hay infinidad de tipos de agujas... ¡y se pude hacer un jersey sin costuras!.
Las agujas que uso ahora son las circulares. Las hay con cable fijo, con cables intercambiables que a su vez pueden ser roscados o con clip.
Por supuesto, no se me pueden olvidar las agujas de doble punta, imprescindibles para tejer calcetines, muñecos...

Pero no todo acaba aquí. Tenemos los accesorios: cuentavueltas, tapones para las agujas, tapones para los cables, marcadores, ovilladoras, devanaderas...

¡Quién me iba a decir a mí que no tendría suficiente para tejer con mis agujas rectas! ¡Que tomen nota los Reyes Magos, Papá Noel y amigos invisibles para el año que viene!. 

jueves, 10 de enero de 2013

Mi primer post


Desde que era pequeña siempre me ha gustado hacer punto, ¡hasta les hacía vestidos a mis muñecas!. Durante mucho tiempo estuve sin hacer nada, aunque de vez en cuando hacía una rebeca, un gorro, un chaleco...
Hace unos dos años, quería hacer un regalo y se me ocurrió tejer un elefante que ya había hecho mi amiga Bea. Ahí empezó todo, desde entonces no he parado. He hecho vestidos, peleles, más elefantes, chales, bufandas, calcetines y un montón de cosas que tengo en mente y que no me da tiempo a tejer.
Desde este blog quiero enseñar mis "cositas" y contar mis aventuras y desventuras con las lanas.