lunes, 19 de agosto de 2013

Incertidumbre

Ese ha sido el sentimiento que he tenido todo el tiempo que he estado haciendo este proyecto.
Tenía una madeja de merino con seda en un color rosa precioso, traída desde Viena el verano pasado. La tenía guardada porque no me decidía qué hacer con ella, ya que era demasiado bonita para hacer un chal pero no tenía suficiente para hacer algo mayor.
La solución fue fácil, buscar un hilo que no tuviera nada que ver con la madeja que tenía y que contrastara. Con la inestimable ayuda de Bea y de Ángela de La Maison Bisoux, elegí una madeja en otro rosa, finísima y que está compuesta de seda y ¡acero inoxidable!
Mientras hacía el cuerpo con la madeja austríaca no paraba de pensar “¿tendré suficiente?”, pero es que con la otra me ha pasado igual. Hasta el último momento, no he sabido si iba a poder terminar mi proyecto o no.

Este es el resultado:
No está mal, ¿verdad? Y me ha encantado tejer el hilo con composición de acero, ¡quién me iba a decir que se podía tejer el acero!

2 comentarios:

  1. Maravilloso ,me gusta muchisimo,yo lo vi cuando lo tejias y es de un suave,como tu dices quien podia imaginar tejer con los hilos q hay ahora,felicidades por la labor y disfrutala

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  2. Que bonito, Raquel, que buena idea. Ha quedado muy elegante.

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